JOAQUÍN SOROLLA. 150 ANIVERSARIO
LA SIESTA

Con información de Blanca Pons-Sorolla


 

 

En mayo de 1910 Joaquín Sorolla adquiere un nuevo solar colindante con el que ya tiene a su amigo Aureliano de Beruete, y a principios de julio comienzan las obras de su futura casa, hoy Museo Sorolla. El 17 de septiembre, con sus discípulos Teodoro Andreu y Tomás Murillo, viaja a Valencia y pinta en El Cabañal numerosas escenas de playa. A partir del primero de octubre, ya en Madrid, Sorolla realiza algunos de los mejores retratos de su familia. Ese mismo año el escritor Rafael Doménech publica el primer trabajo de síntesis biográfica y crítica del pintor con el título Sorolla. Su vida y su arte.

El 14 de febrero de 1911 se inaugura en The Art Institute de Chicago la exposición Joaquín Sorolla y Bastida, patrocinada por The Hispanic Society of America. Sorolla presenta 161 obras. A su clausura, el 12 de marzo, había sido visitada por más de 100.000 personas. En el transcurso de la misma Sorolla pintó varios retratos e impartió clases magistrales a estudiantes de arte en The Art Institute. La misma exposición se presenta en The City Art Museum de San Luis (Missouri) entre el 20 de marzo y el 20 de abril. Los ingresos por ventas de estas exposiciones superan los 80.000 dólares. Sorolla regresa a España a primeros de julio y se traslada a veranear a San Sebastián, donde pinta La Siesta, una de sus obras más emblemáticas. Ese mismo año, en vísperas de la Navidad, se traslada con toda su familia a su nueva casa-estudio en el Paseo del Obelisco de Madrid.

Conservado en el actual Museo Sorolla, el óleo sobre lienzo La Siesta, firmado "J Sorolla B / 1912", muestra a cuatro jóvenes tumbadas en la hierba, dormitando o leyendo. La novedad que presenta Sorolla es el tratamiento dado al verde del césped, que no pinta con pincelada pequeña, a la manera impresionista francesa, sino con su peculiar pincelada larga, gruesa y continua, semejando un mar verde, sinuoso y ondulante, un tanto inquietante, en el que se proyecta la gran mancha oscura de un árbol, bajo el que se cobijan las mujeres.

El cuadro, cuyas medidas son 200 x 201 cm, evoca inevitablemente a otro de tema similar de Gustave Courbet, con el que el pintor realista francés marcó una nueva manera de pintar al mostrar una escena íntima no favorecedora, unas jóvenes durmiendo la siesta en Las Señoritas a la Orilla del Sena.

 

FUENTES: PONS-SOROLLA, Blanca. Sorolla. Obras Maestras, Barcelona, pp. 211-213;
PRECKLER, Ana María. Historia del Arte Universal de los Siglos XIX y XX, Madrid, 2003, p. 352.

 

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