Concebidas como un ciclo unitario, las cuatro pinturas realizadas por Tintoretto para el presbiterio de la iglesia de la Scuola Grande di San Rocco, en Venecia, narran episodios de la vida del santo, copatrón de Venecia tras la devastadora plaga veneciana de peste del año 1576, en la que murió Tiziano.

La más temprana de las telas, pintada en 1549, es "San Roque curando a las víctimas de la plaga", la primera representación de la epidemia en el arte veneciano. Se trata de una obra extraordinaria, sobre todo por la dramática representación del interior del lazareto, aún más sugestiva por la doble iluminación; proveniente, por un lado, de las débiles antorchas del fondo, y por otro, de un irreal haz de luz en primer plano que penetra desde la izquierda. Con este lienzo, inicio de su actividad para la Scuola, el por entonces joven pintor inaugura una nueva concepción del nocturno, sorprendentemente rota por dichas luces artificiales.

Por razones aún desconocidas, la obra para la iglesia se suspendió, y hay que esperar hasta 1567, después de haber completado Tintoretto las pinturas de la Sala dell'Albergo de la Scuola, para que el artista se dedique de nuevo al presbiterio del templo. El lienzo ejecutado en esta segunda fase fue "San Roque en la cárcel consolado por un ángel", donde nuevamente la atrevida concepción del claroscuro transfigura la escena, subrayando el contraste entre la aparición cegadora del ángel enviado por Dios para consolar al santo moribundo, y el ambiente sombrío y angustiado que los rodea.

La otra obra de 1567 es "San Roque bendiciendo a los animales", basado en formas más naturalistas. Algunos expertos ven en este lienzo una calidad inferior, quizás por ser fruto de una colaboración.

El cuarto lienzo, "La captura de San Roque en la batalla de Montpellier", data de la primera mitad de la década de 1580. De esta pieza llama la atención el contraste entre la marcada plasticidad del primer plano, donde el santo aparece en el extremo izquierdo arrastrado por los soldados, y la imagen evanescente y espectral de la batalla que se libra al fondo. En 1937, la pintura fue transferida a la pared derecha de la nave, aislándola así del contexto narrativo para el cual fue concebida -precedente de la representación del santo en prisión-, alterando así el programa iconográfico original del presbiterio. En su lugar se instaló "San Roque en el desierto", un trabajo de hacia 1580 en el que Tintoretto se limitó al diseño y la figura del santo, mientras que el paisaje se atribuye a Paul Fiammingo y las partes laterales fueron agregadas por Santo Piatti en 1729.

La narración del peregrinaje de San Roque se completó con las puertas del antiguo órgano, pintadas por Tintoretto en la primera mitad de la década de 1580. Una de ellas representa la "Anunciación" y la otra el episodio final del viaje del santo a Roma, "San Roque presentado al Papa". Reducidos a cuadros, con adiciones de Santo Piatti (1738), son obras más bien débiles, resultado de la colaboración con el taller. Eliminados en los últimos años del templo, actualmente se conservan en dependencias de la Scuola.

La última creación de Tintoretto para la iglesia, situada en el centro del muro derecho de la nave, es "Cristo cura al paralítico" o "La piscina probática", una obra pintada en 1559 que, en principio, decoraba dos puertas, y que en 1674 fue intervenida para unirlas y formar así un solo lienzo. Tras la reconstrucción de la nave, en 1729, Santo Piatti recibió el encargo de adaptarla a la nueva ubicación, donde aún se encuentra. Sus adiciones fueron eliminadas con la restauración de 1937, en la cual también se suprimieron otras partes de la obra, erróneamente consideradas no autógrafas. A pesar de estas vicisitudes, la alta calidad del lienzo se mantiene por el magistral enfoque compositivo y la tensión dramática alcanzada por Tintoretto a la hora de narrar el milagro.

Tres de las pinturas, "San Roque bendiciendo a los animales", "La captura de San Roque en la batalla de Montpellier" y "San Roque en el desierto", han sido sometidas recientemente a un tratamiento con fines conservativos. Cada una de ellas se reposicionó de forma extraña en el templo en el siglo XX, por lo que han sido reinstaladas, aprovechando dichas tareas de mantenimiento, en las posiciones originales ideadas por el artista.