En el siglo XVI, Venecia era una de las ciudades más grandes y ricas de Europa, y la demanda constante de pinturas de clientes locales e internacionales fomentó un clima de competencia e innovación excepcionales. Tiziano, Tintoretto y El Veronés fueron los creadores de una escuela veneciana en la pintura a través de técnicas sueltas, colores ricos y, a menudo, temas pastorales y sensuales. Estos rasgos inspiran a innumerables artistas posteriores, promoviendo una corriente pictórica veneciana hasta el siglo XX. Muchas de esas pinturas acabaron en los museos más importantes de Europa y Estados Unidos, pero también han sido numerosas las que se han mantenido a lo largo de los años en los escenarios para los que fueron pintadas en Venecia.

Comentamos en la entrega dedicada a San Roque que la pintura octogonal del santo, donada por Tintoretto a la Scuola Grande di San Rocco, fue el punto de partida de la larga y fructífera relación entre el pintor y la escuela, que dio vida a uno de los ciclos pictóricos más extraordinarios y coherentes del arte veneciano.

La Sala dell'Albergo (1564-1567) fue la primera en completarse, al ser la estancia donde se reunían los directivos de la escuela. La elección de los temas resultó muy interesante ya que Tintoretto, que en 1565 entró a formar parte de la confraternidad, no aborda milagros y pasajes de San Roque, de acuerdo con lo típico en las escuelas venecianas a la hora de ilustrarlas con episodios de su titular, sino que representa escenas de la Pasión de Cristo, probablemente porque la vida de San Roque ya era el tema de las pinturas del templo de la escuela.

En la pared de la entrada, el ciclo de la Pasión se desarrolla según un orden inusual, no de izquierda a derecha, sino en dirección opuesta: a la derecha, "Cristo ante Pilato"; en el centro, sobre la puerta, el "Ecce Homo"; y a la izquierda, la "Subida al Calvario". Una disposición peculiar dentro de un programa iconográfico lleno de complejos significados religiosos y espirituales. Las tres pinturas reflejan el singular estilo del maestro: gran habilidad compositiva, original disposición de personajes, estudiados efectos de luz y monumental estructura de la narración, sobre todo en la "Subida al Calvario", una obra que llegó a adjudicarse a Giorgione.

También en Venecia, pero en la Gallerie dell'Accademia, se conserva la "Deposición de Cristo" (1550) una obra maestra no documentada del maestro pero cuya calidad ha estado siempre reconocida por los especialistas. Representa el momento posterior al Descendimiento, cuando Cristo ya ha sido bajado de la cruz. La Virgen María se desmaya cuando el cuerpo inerte de su hijo se coloca en su regazo.

El síncope de María también se representa en el pasaje inmediatamente posterior: "Traslado de Cristo al sepulcro", pintado por Tintoretto en los últimos años de la década de 1550 para el altar de la capilla de la familia Dal Basso, en el interior de la iglesia veneciana de San Francesco della Vigna. Hoy se exhibe en Edimburgo, en la National Gallery of Scotland. Los grabados del retablo constatan su aspecto original antes de que la tela fuera cortada de su marco para su traslado. Era más alta y de forma arqueada, con un ángel volador en la parte superior sosteniendo una corona de espinas, cuyos pies todavía son visibles en la parte superior. La luz parpadeante de la antorcha aumenta la angustia del momento.

Por último, otra interesante representación pasionista de Tintoretto es la de "Cristo presentado al pueblo por Pilato", actualmente en las dependencias del Museu de Arte de São Paulo. Es una obra juvenil (1546-1547) de un artista aún influido por las enseñanzas de Tiziano. Intensamente dramática, la escena se divide entre la multitud que se comprime a la izquierda, bajo el cielo tempestuoso, y dos de los apóstoles, Pedro y Juan, retorciéndose de dolor al pie de la escalera, culminando en lo alto con la figura luminosa de Jesús.