TRICENTENARIO DE IGNACIO VERGARA II (IV)
SAN JOAQUÍN

Santiago Rodríguez López


 

 

Se desconoce el origen de esta imagen San Joaquín, cuya presencia en la parroquia de San Esteban de Valencia se documenta con posterioridad al año 1939, donde permanece expuesta en una hornacina situada en el banco del retablo de Santa Teresa de Jesús. Debió formar parte de la serie de obras donadas al templo durante la posguerra con el fin de subsanar la importante merma patrimonial que los sucesos del año 1936 supusieron para el rico acervo artístico de la parroquia.

Considerada tradicionalmente como obra de Ignacio Vergara, atribución que recogiese Catalá Gorgues en 1983 y que Buchón Cuevas admitiese como válida al estudiar pormenorizadamente la obra del escultor en su tesis doctoral. Las calidades de la pieza y el extraordinario parentesco que comparte con gran parte de su producción documentada reiteran la paternidad planteada en tales atribuciones.

Así, el modelo desarrollado en la pieza remite directamente a la imagen pétrea del santo que preside el segundo cuerpo de la fachada de la Iglesia de las Escuelas Pías en Valencia, tanto al elegante contraposto que condiciona ambas composiciones, como en lo que respecta al tipo fisonómico escogido. Igualmente manifiesta resulta la influencia que estas obras ejercieron en las producciones de similar iconografía realizadas por su discípulo José Esteve Bonet, deuda formal que se hace especialmente visible en el San Joaquín que éste labrase para las Escuelas pías de Lavapiés (Madrid), destruido en 1936.

Técnicamente, se trata de una talla realizada en madera, dorada y policromada, contando con poco más de un metro de altura; está acabada únicamente en el frente y los laterales, encontrándose la parte posterior ahuecada y siendo visible la caja interna a la que da lugar el embón de madera sobre el que fuera labrada; esta circunstancia indica que el santo fue concebido para ser adosado a un soporte arquitectónico, de lo que se desprende que debió formar parte de un retablo.

Se reviste con una notable ornamentación de rocallas reproduciendo ricos tejidos labrados y galoneados con amplias cenefas, con un repertorio muy similar a la que emplease en otras obras como el San José conservado en el Colegio Pio XII o los ángeles tenantes del marco-retablo de la Virgen de la Luz. Pero si hay una pieza con la que este San Joaquín presenta un vínculo muy estrecho, esa es la imagen de San José conservada en la valenciana Iglesia de San Nicolás, imagen que procede igualmente de un retablo y que llegase al citado templo como una donación en los años de la posguerra.

A estos innegables paralelismos técnicos, estilísticos y polícromos que comparte con el citado San José, hay que sumar las similares dimensiones que presentan ambas tallas; por tanto, no resultaría descabellado considerar su procedencia conjunta, quizá como parte de algún retablo dedicado a la figura de la Virgen, donde la representación del padre de María junto al esposo de ésta suele ser un tema muy recurrente.

 

BIBLIOGRAFÍA

BUCHÓN CUEVAS, Ana María. Ignacio Vergara y la Escultura de su Tiempo en Valencia. Valencia: Secretaría Autonómica de Cultura y Política Lingüística de la Generalitat Valenciana, 2006, p. 346.

BUCHÓN CUEVAS, Ana María. "San Joaquín", ficha del catálogo La Gloria del Barroco: Valencia 2009-2010, Generalitat Valenciana, 2009, p. 384.

CATALÁ GORGUES, Miquel-Ángel. "Parroquia de San Esteban", en GARÍN ORTIZ DE TARANCO, Felipe, Catálogo Monumental de la Ciudad de Valencia. Valencia: Caja de Ahorros de Valencia, 1983, p. 194.

 

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