En Francisco de Zurbarán, la imagen de Cristo recogiendo sus vestiduras toma la opción de presentarse de pie, en un ambiente tenebrista y manteniendo la ausencia del dramatismo del dolor.

La representación zurbaranesca que se conserva en la Parroquia de San Juan Bautista de Jadraque (Guadalajara) se inserta dentro de las imágenes que incorporan la fuerza y la emoción en los contrastantes juegos de luz, pero ausentes del efectivismo de la sangre y heridas que se harían más generalizados posteriormente.

La obra, titulada "Cristo recogiendo las vestiduras después de la flagelación", se halla firmada y fechada (1661) en el ángulo inferior izquierdo. Es obra de los últimos años de Zurbarán, cuando el pintor de Fuente de Cantos (Badajoz) lleva a cabo formatos más reducidos (164 x 108 cm en este caso).

Muestra el sufrimiento de Cristo flagelado en su dolorido rostro, que mira al espectador para reclamar su atención. Dicho sufrimiento no lo representa Zurbarán con sangre ni corona de espinas, solo con la fuerza de la expresión del rostro que hace pasar por alto el blando modelado del cuerpo y la falta de resolución en pies y manos, reflejada también en arrepentimiento de los dedos del pie derecho.

Como hemos dicho, pertenece al modelo de Cristo en pie, con el tronco más o menos arqueado para recoger su túnica, de forma similar a la ya analizada imagen de Luis Salvador Carmona en Salamanca.