El investigador Jesús López Vivero ha atribuido una talla de Cristo crucificado de pequeño formato al escultor Roque Balduque. Se trata de una imagen ubicada en las dependencias de la parroquia sevillana de Santa Cruz, aunque ahora preside el retablo de la Dolorosa de Pedro Roldán que recibe culto en dicho templo y que, en estos momentos, se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Sevilla con motivo de la exposición dedicada al citado maestro.

El crucificado mide, aproximadamente, 50 cm de altura. Según López Vivero, sus rasgos formales y estilísticos permiten encuadrarlo dentro de la producción de Balduque, y no solo en base a una única imagen en cuestión, pues sus similitudes estilísticas y plásticas comparten relación en general con las creaciones del artista, ya que la plástica de Balduque resulta muy reconocible, sobre todo en sus crucificados e imágenes marianas.

Delatan su procedencia detalles como el modelado del cuerpo, la postura en la cruz, la suave caída de la cabeza, la enjuta musculatura, el perizoma estrecho y corto con delgados pliegues horizontales, el tratamiento de la cabellera, y la larga barba que toca el pecho, rasgo muy particular en Balduque. También sus facciones recuerdan el estilo del escultor flamenco en sus figuras masculinas, denotando todavía una marcada reminiscencia tardogótica.

Como bien ha apreciado recientemente el historiador Porres Benavides, hablamos de uno de los principales creadores de la Escuela renacentista de escultura en Sevilla, cuya labor se centra en las décadas centrales del siglo XVI aplicando todos los avances del Renacimiento a sus obras, sin perder la referencia a la tradición de la escultura temprana.

López Vivero destaca asimismo la necesidad de una profunda restauración del crucificado de Santa Cruz, así como una ubicación en la parroquia más visible y destacada, acorde con la valía de la obra.

Recordemos que Balduque llegó a Sevilla a mediados del XVI, época en la que se tiene constancia de su trabajo en el retablo mayor de la catedral hispalense. El desempeño escultórico de Balduque abarcó desde la realización de retablos como los de Santa María de Cáceres, Alcalá del Río o el de Medina Sidonia; crucificados como los referidos a los áticos de los retablos mayores de Santa María de Cáceres y Medina Sidonia, así como atribuciones certeras como los crucificados de la Veracruz de Alcalá del Río, Lebrija y Estepa, o el de los Martirios de Carmona, entre otros.

Entre sus imágenes marianas tenemos la Virgen de la Granada de la Parroquia de San Lorenzo o la Virgen del Amparo de la Magdalena, ambas en Sevilla, o la conocida como Virgen de la Piña del templo de San Bartolomé en Carmona.