EL ARTE FUNERARIO EN ESPAÑA A TRAVÉS DE SUS AUTORES - MARIANO BENLLIURE
PANTEÓN DE LOS DUQUES DE DENIA

02/11/2021


 

 

Luis de León y Cataumber, duque de Denia, encargó en el año 1904 a Enrique Repullés, entonces arquitecto de la Casa Real, y al escultor Mariano Benlliure, la construcción de un panteón para albergar los restos de su esposa Ángela Pérez de Barradas, I duquesa de Denia, que no pudo ver terminado por fallecer pocos meses después del encargo. El panteón lo mandaría completar o ampliar el II duque de Denia, Carlos Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, en el año 1915.

Construido en forma de pirámide truncada de granito, con las inscripciones y el escudo de la casa ducal de Denia, su puerta de acceso está flanqueada por dos bajorrelieves en mármol que representan las alegorías cristianas de la "Caridad" y la "Fe". La forma de pirámide recuerda la de los panteones de la familia Moroder (1907), en Valencia, y el de la familia Falla Bonet, en La Habana (1940).

La pirámide servía de base a una impresionante composición escultórica (imagen inferior), de unos seis metros de altura y en la que se combinaban mármol y bronce, que desapareció durante la Guerra Civil. En la base, dos ángeles en bronce elevaban al cielo la figura en mármol de la duquesa, formando una espiral ascendente que enlazaba con otro grupo de cuatro ángeles de bronce que portaban el féretro, dejando libre el alma de la duquesa que ascendía hacia la eternidad, y que sostenían la cruz que coronaba el conjunto.

Su interior es una amplia cripta abovedada revestida de mármol. Sobre un sencillo basamento, estatuas yacentes de los duques talladas en lápidas de mármol de Carrara, que en su origen, según el proyecto, estaban dispuestos sobre sus respectivos sarcófagos trabajados en bronce, desaparecidos en tiempos de la República, al tiempo que las lápidas fueron gravemente dañadas por disparos.

 

 

Al fondo, bajo el lucernario que se repite también en los panteones de Moroder y Falla Bonet, y sobre un altar, se alza un Cristo crucificado de mármol, que se corresponde con la ampliación de Benlliure de 1915, al mismo tiempo que las sacras y candelabros de bronce del interior, que fueron expoliados.

El Cristo del panteón, aunque fue fusilado durante la República, afortunadamente se conserva. Es una obra muy importante del escultor ya que sirvió de modelo, con algunas variaciones, para muchos crucificados posteriores, caso del Cristo de la Fe (Cartagena) o del Cristo de Difuntos y Ánimas (Crevillent, Alicante), y en menor medida, el del Palacio de la Generalitat Valenciana o el de la Basílica del Pilar de Zaragoza.

Benlliure huyó con el Cristo del excesivo dramatismo de la imaginería española, representando con naturalismo la imagen divina. Destaca el gusto por el detalle, tanto en el tratamiento de los pliegues del paño, que provocan efectos de claroscuro, como en la plasticidad de los cabellos caídos en la cabeza suavemente desplomada. Se da la circunstancia que, para su modelado, Benlliure utilizó un modelo real de raza gitana, que colgó en la cruz a semejanza de Cristo, para así dar más fidelidad al modelado del torso, brazos y piernas del crucificado.

 

 

 

FUENTES

GIRBÉS PÉREZ, Jorge. "Patrimonio olvidado. La escultura Funeraria de Mariano Benlliure Gil", en Actas del XX Encuentro Iberoamericano de Valorización y Gestión de Cementerios Patrimoniales. Los cementerios como recurso cultural, educativo y turístico, Universidad de Málaga, 2019, pp. 11-12.

LLEDÓ MAS, Sergio. "La obra de Mariano Benlliure (V)", en La Hornacina, 15/07/2008.

 

Fotografías de Mercedes Blanco

 

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