SAN JUAN BAUTISTA NIÑO. ESCULTURAS
LUISA ROLDÁN
Con información de Jesús Abades y Sergio Cabaco
Luisa Roldán (Sevilla, 1652 - Madrid, 1706) fue la primera mujer escultora reconocida como tal en España. En 1692 el rey Carlos II la nombró escultora de cámara -siendo la primera y única mujer de la historia del arte español que ha recibido esta distinción- y ella, apropiadamente, firmó sus obras citando dicho rango. Este nombramiento real, que le proporcionó un estatus de prestigio pero no beneficios, fue muy importante en su carrera ya que Luisa pudo haber sido excluida del gremio oficial de escultores a causa de su género. Su padre, Pedro Roldán, y su marido, Luis Antonio de los Arcos, fueron también escultores -Luisa se formó, al igual que otros miembros de su familia, en el taller paterno- y ella colaboró con ambos en varias ocasiones. Una de las representaciones más extendidas de San Juanito es aquella que lo plasma como compañero de juegos del pequeño Jesús. En el caso del grupo de Luisa Roldán conservado en la Ermita de Nuestra Señora de los Santos del municipio madrileño de Móstoles (imagen superior), ambas figuras se abrazan, hallándose el Divino Infante sobre un rompimiento de gloria. El cordero situado frente a San Juanito alude, entre otros símbolos, al "Cordero de Dios". Como aprecia José Luis Romero Torres, además de las esculturas de madera dorada y policromada, en la producción artística de Luisa destacan las esculturas de pequeño formato como la que nos ocupa -de 1691-1692-, realizadas en barro cocido y policromado durante su etapa madrileña. El abrazo entre ambas criaturas, cada una sobre un túmulo de rocas, anticipa simbólicamente la Pasión de Jesús, al igual que el animal rendido extasiado ante el "Cordero de Dios" -en palabras del Bautista, que fue el primero en afirmar la divinidad de Cristo-, el cual se sacrificará por los pecados del pueblo, representados en el dragón bajo el orbe terráqueo. Las carnes más tostadas del santo y sus pieles de camello anuncian su travesía ascética por el desierto. No podemos evitar comparar la composición -en especial las posturas del Niño y del San Juanito-, con la del cartón de la Madonna con el Niño, San Juanito y Santa Ana, de Leonardo Da Vinci (National Gallery de Londres), una obra que Luisa pudo conocer a través de copias. Otra interesante pieza sobre el tema de Luisa Roldán se encuentra en la Universidad Loyola de Chicago (imagen inferior), una facultad católica de Estados Unidos regida por la orden de los padres jesuitas. Labrada por la escultora sevillana en 1692, también en terracota policromada, representa a la Virgen con el Niño y San Juanito, y fue donada a dicha entidad docente por George C. Stacy, en memoria de William y Elizabeth Kehl. Estilísticamente, se relaciona con la imagen de la Virgen con el Niño que se conserva en el sevillano Convento de las Teresas, fechada en 1699. Ambas terracotas son herederas de los modelos italianos y muestran una exquisita conjunción entre la abstracción y la veracidad de la escena. Como es habitual en los barros polícromos de Luisa Roldán, el rostro de la María ha sido concebido como el de una doncella joven e idealizada. Su atractivo semblante y la entregada actitud maternal hacia los infantes celestiales provocan de inmediato una simpatía natural en el espectador. La actitud juguetona entre Jesús y su primo Juan otorga un sentido naturalista al conjunto escultórico del centro docente de Chicago; asimismo, la blandura y delicadeza del modelado, las nacaradas carnaciones, los gestos llenos de gracia de las figuras y las pulimentadas superficies del grupo acaban por conformar un simulacro tan intimista como elegante. |
FUENTES MONTRESOR, Carlo. Botticelli, ATS Italia Editrice, Roma, 2010. AA.VV. (coord. TORREJÓN DÍAZ, Antonio y ROMERO TORRES, José Luis) "Roldana: Real Alcázar de Sevilla", catálogo de la exposición homónima dentro del proyecto Andalucía Barroca, Sevilla, 2007. |
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