La dolorosa es titular de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, Nuestra Señora de los Dolores y Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Misericordia, con sede en la parroquia ecijana de Santiago el Mayor. Es una imagen de candelero vestida con ropas y tallada solo en cabeza y manos. Reproduce el modelo iconográfico del Stabat Mater, con la mirada implorante dirigida hacia la cruz; de hecho, entre 1966 y 1972, la Virgen de los Dolores procesionó en el mismo paso que el crucificado de la Expiración, obra barroca de gran expresividad y realismo, tallada en 1680 por el escultor e imaginero sevillano Pedro Roldán.

La imagen mariana llegó a Écija el 18 de noviembre de 1713 y fue realizada también en la ciudad de Sevilla, a costa de los eclesiásticos y feligreses de Santiago, que la cedieron a la hermandad. Por sus características morfológicas, Torrejón Díaz propuso su inclusión en el catálogo de piezas de Montes de Oca. Estaríamos, por tanto, ante la primera dolorosa documentada de nuestro artista. De 1713 data también la corona imperial ejecutada por el platero sevillano Manuel Guerrero de Alcántara.

Torrejón Díaz la relaciona con la desaparecida patrona de Aracena, la Virgen del Mayor Dolor, al mostrar también la cabeza inclinada levemente a la derecha y la mirada dirigida hacia el cielo. Aunque el estilo del escultor está aún por quedar totalmente definido, la dolorosa ecijana muestra ya varios grafismos típicos de sus imágenes femeninas, como el modelado de entrecejo y manos o la barbilla prominente con profundo hoyuelo. En 1991 fue restaurada en Sevilla por el recientemente fallecido José Rodríguez Rivero-Carrera.

Encontramos también un gran parecido, en este caso visible gracias a fotografías antiguas, con otra imagen perdida. Se trata de la antigua titular de la Hermandad de Nuestra Señora del Mayor del municipio onubense de El Cerro de Andévalo, destruida en 1936 durante la Guerra Civil. Los primeros documentos en torno a su devoción se remontan a 1710 y 1715 -año en el que fue colocada en su ermita, antes dedicada a San Sebastián y desde principios del siglo XIX a su advocación del Mayor Dolor-, siendo su imagen estampada en 1743.

El Nazareno de la Misericordia -escultura también de candelero y articulada, levemente anatomizada, con cabeza, manos y piernas completamente tallados, y preparada para ser vestida con túnica de tela- fue atribuido también a Montes de Oca -en este caso por Sánchez Peña, que señaló, entre otras analogías, las semejanzas de sus manos con las del Ecce Homo de Cádiz-, situándose su fecha de ejecución en 1728, pues es el año en el que aparece en los archivos parroquiales y de la hermandad como "Nuestro Padre Jesús de la Misericordia amarrado a la columna" junto a la imagen manierista de San Pedro, lloroso y arrepentido, y un gallo sobre la columna, representado la iconografía popularmente titulada "Lágrimas de San Pedro".

También sabemos que el Nazareno salía con la hermandad al menos desde 1728. En 1833 se aprueban las reglas de la por entonces llamada Confraternidad de Nuestra Señora de los Dolores, donde se recoge por primera vez el culto a los tres titulares actuales. A finales del XIX se redujo de nuevo a dos titulares, quedando el Nazareno en un estado de olvido. Aunque ganó devoción en la centuria siguiente, no fue hasta 1996 cuando se reincorporó oficialmente a la hermandad, siendo restaurado un año antes por el ecijano Rafael Amadeo Rojas.