PIEDAD
GIACOMO COLOMBO

07/12/2022


 

 

En Italia la iconografía de la Piedad se difundió a partir de la segunda mitad del siglo XV por influencia germánica. Este tema sacro tuvo gran éxito en la pintura y la escultura del país, realizando Miguel Ángel en mármol un prodigioso simulacro, el más famoso del mundo: la Piedad de San Pedro del Vaticano.

Otra gran obra italiana se debe a Giacomo Colombo (Este, 1663 - Nápoles, 1731), considerada además la mejor de su producción artística: la Piedad de la colegiata del mismo nombre de la localidad de Eboli (Salerno, Campania). Para Gerardo Pecci, el artista tuvo muy presente la pieza maestra de Buonarroti, si bien hizo una interpretación totalmente personal en la que también tuvo en cuenta la ya analizada Piedad del español Gregorio Fernández, hoy en el Museo Nacional de Escultura (Valladolid).

Fue Gian Giotto Borrelli quien encontró importantes documentos que determinaron la cronología de la Piedad de Colombo: fue encargada por Francesco Antonio Favale, cantor de la colegiata ebolitana de Santa María de la Piedad, el 31 de marzo de 1696, siendo iniciada ese mismo año y terminada entre 1702 y 1703.

El secreto de la interesante producción artística de Colombo se encuentra, según Pecci, en que el artista siempre supo amoldarse a lo requerido por la clientela, encontrando siempre un equilibrio entre su creatividad y las apetencias del clero, por eso sus obras nunca descienden al nivel de la pura y simple serialidad. En líneas generales, y peso al giro hacia los modelos rococó que tomó en 1708-1709, siempre combinó el equilibrio formal clásico con un sustancial naturalismo realista, más o menos acentuado según las obras.

En la Piedad, la línea clasicista es moderada, en composición y policromía. Según Borrelli, es obra monumental de fuerte tensión expresiva y conseguidos acentos expresionistas, con la que Colombo pudo compararse con el arte español de Pedro de Mena, a quien admiraba profundamente. A los valiosos caracteres anteriores hay que sumar un extraordinario estudio anatómico, lógicamente acentuado en la imagen de Cristo.

En 1897 el grupo fue restaurado por Raffaele Delle Campe, principalmente para atajar un ataque parcial de carcoma. En la noche del 22 al 23 de febrero de 1984, fueron robados los dos ángeles pasionarios que llevaban al lado de la Piedad los instrumentos de la Pasión y las tres cabezas de querubines que figuraban sobre la tumba de Cristo; todo quedó repuesto, pero por obras que no están a la altura artística de Colombo. La última restauración, con fines de conservación, concluyó el pasado año 2021.

La prolífica obra de Colombo marcó un antes y un después en el arte sacro del sur de Italia. Su taller fue capaz de satisfacer una gran demanda de obras que envió a todas las regiones sureñas del país. Colombo logró formar un equipo de colaboradores capaces de divulgar su propio lenguaje estilístico con trabajos de gran calidad, muy apreciados por los clientes. Uno de esos colaboradores fue el pintor Solimena, que a menudo también le aportó ideas y modelos compositivos y dibujos que luego "traducía" en esculturas. Igualmente estuvo muy presente en Colombo la tendencia al gusto expresionista y abiertamente teatral de la estatuaria española del XVII.

De hecho, varias tallas de Colombo acabaron en España, la más popular de ellas es la Virgen de la Caridad, patrona de Cartagena, otra excelente versión del tema de la Piedad que fue encargada en Nápoles, en 1723, por el artillero cartagenero Francisco Irsino en nombre del Santo y Real Hospital de la Caridad.

 

Fotos: Giuseppe Rinaldi

 

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