El arquitecto portugués Antônio Gonçalves da Silva Bracarena se encontraba en la ciudad de Caeté, en el estado brasileño de Minas Gerais, durante la década de 1750, trabajando en la construcción de la Iglesia Matriz de Nuestra Señora del Buen Suceso, junto con el también arquitecto portugués Manoel Francisco Lisboa. Los relatos de la época narran que, enterado de las apariciones marianas que tenían lugar en la sierra luego bautizada con el nombre de Piedad, el arquitecto Bracarena, hombre además muy religioso, decidió construir una ermita en lo alto del entorno. Dicha ermita es hoy en día el Santuario de Nuestra Señora de la Piedad.

Cuentan también que Bracarena encargó la imagen titular de la ermita al hijo de Manoel Francisco Lisboa, el joven escultor, retablista y arquitecto Antonio Francisco Lisboa, más conocido por su apodo Aleijadinho, que por entonces ayudaba a su padre en la construcción arquitectónica de la Matriz de Caeté, concretamente en la ornamentación del altar mayor del templo. Luego Aleijadinho recibiría más encargos destinados a otros altares de la iglesia por parte de cofradías radicadas en la misma. Natural de Ouro Preto, se cree que nació en 1738, pero existe controversia al respecto, pues un estudio reciente apunta a 1737 y hay quienes hablan de 1730. Falleció en la misma localidad en 1814 a los 76 años de edad.

En realidad la devoción a la Piedad fue introducida en Brasil por los jesuitas portugueses. Esta en cuestión, patrona de Minas Gerais, fue atribuida a Aleijadinho entre 1942 y 1945 por investigadores del recién inaugurado IPHAN, llamado entonces Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (SPHAN). Otras dos versiones sobre el tema se relacionan también con el escultor, conocido como el genio del barroco brasileño.

Las características formales y estilísticas del grupo escultórico (125 x 100 cm), tanto de anatomía como de indumentaria, coinciden con las del maestro Aleijadinho. La Virgen carece de expresión dramática en su rostro y muestra el mentón dividido y los ojos almendrados de mirada penetrante. Sus ropas muestran pliegues movidos y angulosos. Respecto al Cristo, presenta bigotes que surgen de las fosas nasales y escasa barba de mechones estriados y sinuosos rematados por volutas, al igual que los mechones de sus cabellos. Además de la mano de María, un cúmulo de nubes que surge de las rocas con la cabeza alada de un querubín le sirve de sostén. Recientemente el profesor Ivo Porto de Menezes atribuyó también a Aleijadinho el retablo mayor del santuario donde recibe culto la Piedad, realizada en 1763 en madera tallada y policromada.

Como hemos apuntado antes, Aleijadinho fue hijo del arquitecto Manoel Francisco Lisboa, nacido en lo que ahora es el distrito de Lisboa, formado en Portugal y activo en Brasil. Su madre se llamaba Isabel y era la esclava africana de su padre. Figura clave en la formación del barroco brasileño como lenguaje artístico con identidad propia, Aleijadinho asimiló para ello herencias formales y técnicas lusas y brasileñas anteriores. Su arte es fiel reflejo del espíritu barroco presente en la sociedad de Minas Gerais de la época, donde las dualidades, las contradicciones y las diversidades religiosas, políticas y sociales existían en un mismo ambiente.