Erróneamente relacionada durante un tiempo con el arte de Pedro Roldán, esta magnífica talla viene siendo atribuida desde hace décadas al escultor Francisco de Ocampo (Villacarrillo, Jaén, 1579 - Sevilla, 1639) o a su círculo más inmediato (hacia 1621-1622), en base a los paralelismos establecidos por Bernales Ballesteros con el Nazareno de Carmona (Sevilla), una obra documentada de Ocampo del año 1607.

No obstante, varios expertos optan por catalogarla en el anonimato del primer tercio del siglo XVII a la espera de argumentos más consistentes. Es posible que fuera en origen una imagen de retablo, dada su acusada inclinación hacia el lado derecho; en todo caso, se trata de una imagen bastante singular para los desfiles penitenciales de Sevilla, tanto por su tamaño, inferior del natural (130 cm), como por ser de talla completa, con su pesada y ampulosa túnica, esculpida y estofada en la misma pieza.

Curiosa es también su inestable postura, que parece representar al Nazareno incorporándose tras una caída, aunque Bernales Ballesteros señaló la hipótesis de que pudiera haber sido labrada con la cruz al revés con el fin de escenificar el momento en que la recibe sobre su hombro izquierdo. Indicar que el actual madero, cilíndrico y arbóreo, fue tallado en 2003 por el imaginero Manuel Martín Nieto, que lo modificó en 2008.

Respecto a sus rasgos, efectivamente Jesús de la Salud remite a varias creaciones de Francisco de Ocampo, discípulo de su tío Andrés de Ocampo y de Martínez Montañés -cuyo estilo adoptaría-, especialmente en los párpados orientalizantes, la blandura del modelado del extenuado semblante, la ensortijada y larga cabellera, el ancho tabique nasal, la bífida barba y las manos crispadas por el esfuerzo. Copiosos regueros de sangre corren por su tostado rostro como consecuencia de las afiladas espinas de la corona, pieza superpuesta a la figura.

El Nazareno ha sido intervenido varias veces a lo largo de su historia: consta que en el año 1880, cuando llegó al templo de San Nicolás de Bari, fue restaurado por manos anónimas que repolicromaron la talla. En 1922 lo restauró José Rivera y en 1979 Francisco Arquillo. Por último, Pedro Manzano lo restaura en dos ocasiones: la primera de ellas en el IAPH, en 1997, para reforzar sus ensambles, limpiar la policromía, establecer un nuevo perno de sujeción a la cruz, consolidar la peana y reintegrar lagunas pictóricas; la segunda restauración, a título particular, la lleva a cabo en el año 2000 para reparar la fractura del dedo anular de la mano derecha.

Jesús de la Salud es titular de la Ilustre y Fervorosa Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Salud, María Santísima de la Candelaria, Nuestra Señora del Subterráneo y San Nicolás de Bari, cuya estación de penitencia tiene lugar la tarde-noche del Martes Santo por las calles de Sevilla. Dicha corporación se fundó en 1921.

Anteriormente fue titular de la extinguida Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, que radicaba en el siglo XVII en una capilla del compás del antiguo convento de San Pablo, hoy Parroquia de la Magdalena. Dicha hermandad quedó extinguida a principios del siglo XIX. En noviembre de 1880, con motivo del traslado de las imágenes titulares de la Hermandad de los Gitanos desde el templo de San Nicolás de Bari hasta el de San Román, ocupó su lugar esta talla, que recibió asimismo la advocación de la Salud. Se colocó en el mismo retablo, el segundo de la nave de la epístola, donde en la actualidad se venera a la Virgen de Gracia.

Su paso procesional mezcla los estilos neobarroco y neorrocalla. Fue tallado en 1964 por Antonio Vega Sánchez. Lleva cartelas, relieves y ángeles cirineos del recientemente fallecido Luis Álvarez Duarte (1995-1998). El llamador fue cincelado en plata por Orfebrería Mallol (1997). El paso se alumbra con candelabros de guardabrisas labrados por Antonio Ibáñez (1998). El dorado actual corresponde a Manuel Calvo Carmona (1998).