LA ICONOGRAFÍA DE SAN JOSÉ - PINTURA Y ESCULTURA (XVI)
FRANCISCO DE ZURBARÁN

09/03/2021


 

 

La trayectoria de la vida de San José, entregada al cuidado de la Virgen María y del Niño Jesús, hizo que los fieles estimaran que tuvo que tener un reconocimiento especial en el cielo, de lo que deja testimonio el sacerdote jesuita Pedro de Ribadeneyra (Toledo, 1526 - Madrid, 1611):

 

"Finalmente fue tan acabado y perfecto san Ioseph, que mas se podía llamar varon divino, que hombre mortal: y a la medida de su caridad, y altos merecimientos recibio el galardon, y la corona de la gloria. Y asi no ay duda sino que este santisimo Patriarca está en el cielo en lugar eminentisimo: y algunos Doctores dizen, que está en cuerpo, y en alma; asi por no saberse donde está su cuerpo (y si estuviese en la tierra, no querria el Señor que estuviese escondido, y careciese de aquella honra que tienen otros menores Santos) como porque si los muertos que resucitaron despues que Christo Nuestro Señor resucitó, y aparecieron a muchos en Ierusalem, subieron al cielo en cuerpo y en alma el dia de la Ascension con el mismo Señor (como muchos graves Doctores dizen) piadosamente se puede creer, que no negó el Hijo de Dios a su padre putativo este privilegio que a tantos otros concedio."

 

Así se introdujo el tema de la Coronación de San José como imagen de su triunfo en su paso por la Tierra, pudiendo encontrar en esta representación dos variantes. La primera muestra al Niño Jesús que coloca una corona de flores por encima de la cabeza de San José, y la segunda, en la que la acción de coronar es realizada por un Jesús de edad adulta, la correspondiente a su vida pública.

La primera de estas versiones está ligada a la idea tradicional de identificar a San José con Jesús niño, pero la otra tiene un significado simbólico más importante, pues tiene relación con la trascendental actuación del santo para que Cristo pudiera llegar a su vida pública y a la Pasión, consumando su labor redentora de la humanidad, con lo que en cierto modo se pone casi en paralelo con la tarea corredentora de María.

Todo esto se muestra a través de la forma en que el célebre pintor extremeño Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 - Madrid, 1664) planteó la iconografía, al presentar un San José de edad adulta, pero no anciano, arrodillado ante Jesucristo adulto, en la edad de la Pasión, que porta una gran cruz y que sostiene una corona de flores sobre la cabeza de San José. Se hace así manifiesta la idea de que Cristo Redentor, con la cruz, símbolo de la Redención, agradece a San José su tarea, y lo hace coronándole con una corona de flores, que hace referencia a sus virtudes de pobreza, obediencia, humildad y castidad.

La obra, fechada en 1636, se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sobre su emplazamiento original, aparece en el primer inventario de dicha institución como procedente del convento sevillano del Santo Ángel, citando Matute una obra con este tema en el lateral izquierdo del presbiterio del templo. Aunque después apareció recogida como obra del convento mercedario de San José (Sevilla), Odile Delenda le ha devuelto su origen al Santo Ángel ya que no coincide iconográficamente con el programa de la merced descalza.

 

FUENTES

CANTERA MONTENEGRO, Jesús. "La figura de San José en el arte", en Mirabilia Ars, nº 1, Universitat Autònoma de Barcelona, 2014, pp. 89-90.

DOBADO FERNÁNDEZ, Juan. El Santo Ángel de Sevilla y su museo. Más de cuatro siglos de espiritualidad y arte, Sevilla, Miriam, 2020, p. 189.


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