El tema del Regreso de Egipto, también conocido como Retorno de la Huida a Egipto, es minoritario y propio de ciclos muy prolijos, como el realizado por Juan de Borgoña para el retablo mayor de la Catedral de Cuenca (siglo XV) donde se distingue porque el Niño aparece ya desarrollado.

Este último detalle se observa también en este óleo sobre lienzo (168,6 x 197,4 cm) pintado por Giovanni Francesco Romanelli (Viterbo, 1610-1662), en depósito gratuito desde 2004 en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) por parte de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, a la cual pertenece.

Pintado hacia 1635-1640, el cuadro es una obra juvenil de Romanelli, realizado poco después de que encomendara su propia formación artística a Pietro da Cortona -el representante más importante de la pintura barroca en Roma por aquellas fechas- tras un posible aprendizaje previo con Domenichino.

Romanelli gozó de gran prestigio, quizás superior al de sus méritos pictóricos. Al igual que su maestro Cortona, fue apoyado y alentado por el cardenal Francesco Barberini, quien le encomendó en Roma importantes encargos. A su éxito también contribuyó la amistad que le profesó Gian Lorenzo Bernini, bajo cuya dirección llevó a cabo buena parte de dichos proyectos romanos, y gracias precisamente al apoyo de su amigo Bernini llegó a ser elegido presidente de la Academia de San Lucas de Roma en 1639.

Con la muerte del papa Urbano VIII (Maffeo Barberini) y la elección de Inocencio X de la familia Pamphilj para el trono papal en 1644, la familia Barberini cayó en desgracia y Romanelli perdió a su mecenas. Llamado por el cardenal Jules Mazarin, primer ministro del rey francés y aliado político del cardenal Barberini, Romanelli fue a París en 1646, donde realizó obras que tuvieron gran influencia en el desarrollo posterior del arte francés. Al volver a Roma, recibió numerosos y grandes encargos de varias iglesias y conocidos coleccionistas privados.

Durante su segunda estancia en París, de 1655 a 1657, realizó varios encargos reales por los que Luis XIV le nombró Caballero de la Orden de San Miguel. En los últimos años de su vida regresó a su Viterbo natal y realizó sus últimas obras para la catedral a partir de 1658, en las que colaboró su hijo Urbano Romanelli.

Volviendo a la obra que nos ocupa, Romanelli se sigue mostrando en deuda con Cortona, sobre todo en las tenues y tensas líneas faciales de los protagonistas y la espontaneidad de la pincelada, aunque ya comienza a cambiar su lenguaje de diseño barroco para orientarse cada vez más hacia Rafael y acabar en un estilo más simple y funcional, casi "neorrenacentista", cuya colaboración con Bernini no le impidió llevar a cabo.

La obra terminaba en arco en la parte superior y su formato era vertical en lugar de horizontal como lo es actualmente. Hasta 1696 en los documentos Barberini aparece descrita como rematada en redondo y con una representación de Dios Padre y del Espíritu Santo entre nubes, por encima de la Sagrada Familia que regresa de Egipto. A partir de esta fecha, no se vuelve a mencionar el fragmento de pintura de la parte redondeada, manteniendo no obstante el cuadro su verticalidad. No obstante, subsisten restos evidentes de pigmento rojo en el límite del soporte superior, residuo del manto de Dios Padre.

La obra posee muchas similitudes con otras dos del propio Romanelli, "La adoración de los pastores" y "Venus y Adonis". El planteamiento estilístico y tipológico de "La adoración de los pastores" es muy próximo al de este Retorno de la huida a Egipto, alcanzando el punto culminante de coincidencia en el grupo formado por San José, un niño con una paloma y una aldeana.

El segundo lienzo, "Venus y Adonis", muestra indicios todavía más intensos de una posible contemporaneidad de concepción, pues resulta innegable la similitud entre el rostro de Venus y el de la Virgen protagonista del cuadro depositado en el MNAC. Finalmente, el aspecto familiar de Adonis, casi puede superponerse al ángel de la izquierda del Retorno de la huida a Egipto, cuya postura es más o menos la misma que la de San José.