La llamada Serie de los Ángeles es un conjunto de seis magníficas pinturas salidas del taller de Francisco de Zurbarán, en concreto de los hermanos Polanco, Francisco y Miguel, colaboradores habituales del maestro. Forman un conjunto dedicado a los ángeles, titulares de la Iglesia, pintado entre 1646 y 1649 siendo rector el padre Francisco de Jesús. Valorados siempre por la crítica, a partir de su limpieza, han pasado a ocupar un lugar importante en el conjunto de las obras salidas del famoso taller de Zurbarán.

Los temas que representan son los siguientes: Abraham y los tres ángeles, San Rafael y Tobías, San Isidro ayudado por los ángeles, La lucha de Jacob y el ángel, La Virgen del Carmen amparando a la Orden y Santa Teresa guiada por los ángeles. De gran calidad, y con una profunda vinculación zurbaranesca, son las pinturas dedicadas a Abraham, Jacob y Tobías, así como el asunto teresiano.

El conjunto original estaba formado por cinco lienzos, al que se añadió el de La Virgen del Carmen amparando a la Orden. Que fuesen cinco puede deberse a la existencia de una tribuna para el órgano. Al estar la iglesia dedicada al Santo Ángel se seleccionaron tres motivos bíblicos muy conocidos y dos de santos: el de Santa Teresa de Ávila y, como compañero, a San Isidro, canonizado con ella en 1622.

Han tenido diferentes atribuciones a lo largo de la historia. Fueron atribuidas a Francisco Varela, a Bernabé de Ayala y a los hermanos Polanco desde Ceán Bermúdez. Esta última es la opinión más generalizada entre los críticos. Perfectamente estudiados por Odile Delenda tras la restauración llevada a cabo entre los 2006 y 2008, se adscriben al taller de Zurbarán, de la mano de sus colaboradores Francisco y Miguel Polanco. Consciente de su calidad, la mejor especialista en Zurbarán, la señora Delenda ha seleccionado pinturas de esta serie para algunas exposiciones, como la reciente "Zurbarán. Una nueva mirada" sobre el pintor extremeño y su taller; en concreto, se llevaron dos obras: La lucha de Jacob y el ángel y Santa Teresa guiada por los ángeles, ésta precisamente por coincidir con el V Centenario del nacimiento de la mística abulense.

Todas las pinturas de la Serie de los Ángeles son de gran calidad y uno de los pocos conjuntos del barroco sevillano que permanece en su lugar de origen; embalados en carros en los Reales Alcázares, no les dio tiempo a los franceses a llevárselos, por lo que pudieron regresar a su lugar original.