El autor

José Antonio Navarro Arteaga (Sevilla, 1966), heredero precoz de la mejor tradición escultórica sevillana, con Juan de Mesa como principal referente, aunque también toma influencias foráneas como la de Pedro de Mena. Famoso por su voluntad de ir siempre un paso más allá, por su mórbido realismo y por la gestualidad de sus figuras, sobre todo las mal llamadas "secundarias", Arteaga siempre ha sido uno de los imagineros más prolíficos del país y suyos son muchos de los más ambiciosos grupos procesionales de las últimas décadas.

La obra

En la presentación del boceto de Nuestro Padre Jesús de la Esperanza en el Puente Cedrón, la Agrupación de La Milagrosa dijo querer recuperar la advocación cristífera de una hermandad extinta, demostrando de paso que el título esperancista no es exclusivo de los iconos marianos. El resultado final, noble, racial e intimista, hizo sudar óleos a Arteaga, que no se tomó vacaciones y lo llevó a cabo en el tórrido verano del año 2008. Destacan poderosamente la sensual cabellera, muy del gusto del autor, y el rostro de honda profundidad expresiva.

El proyecto

Se decidió llevar a Sevilla el misterio malagueño de Jesús de la Puente del Cedrón -en el siglo XVII, cuando se incorpora a los desfiles de Málaga, la palabra "puente" era del género femenino-, único en su estilo al incluir el paso por el torrente Cedrón -que bordeaba Jerusalén- en el camino tomado hacia el palacio del sumo sacerdote Anás. Seis figuras, todas de Arteaga, acompañaron al Cristo a partir de 2010: tres soldados -dos judíos y uno romano a caballo-, un compasivo sanedrita, y un joven con candil y su perro, cuyos ladridos asustan al equino.

La acogida

Por primera vez se premiaba una obra no presentada por su autor. En este caso, fue la corporación del barrio sevillano de Ciudad Jardín, a través de su secretario Javi de la Prida, la que nos informó de todo desde un principio y nos invitó a un concurrido acto de presentación -las fotografías son del mismo- en el que vimos al escultor arropado por el público. Hasta su entrega no supimos que el Premio La Hornacina fue el primero recibido por Arteaga en 30 años de trayectoria, lo que nos dejó tan entusiasmados como sorprendidos.

La opinión del experto

La tercera edición del premio marcó un antes y un después al incluir dos importantes novedades: por un lado, atendiendo a nuestros internautas, se hizo una preselección debido al escaso mérito de varias obras presentadas el año anterior; por otro lado, a iniciativa nuestra, se incluyó la valoración de un erudito de la escultura sacra dentro de una sección que terminó llamándose Opinión del Experto. Nuestro querido Alfonso Pleguezuelo la inauguró decantándose por el apolíneo Varón de Dolores labrado por Antonio José Martínez para Jumilla.